Martes 13 de enero de 2015 - Estrasburgo
Intervención en el debate sobre las medidas europeas para luchar contra la delincuencia organizada y la corrupción (S&D ):
"Señora Presidenta, Comisario Avramopoulos, hace tiempo que este Parlamento Europeo es bien consciente de la importancia, de la necesidad, de luchar de manera muy eficaz contra la criminalidad organizada, el blanqueo de dinero procedente de negocios ilícitos y la corrupción.
Pero aquí ya no estamos en la fase de toma de conciencia, sino en la fase de acción, y es absolutamente imprescindible que de los planes la Comisión pase a la iniciativa legislativa para adoptar una definición común estandarizada a escala europea de qué es «crimen organizado», para regular el decomiso de bienes procedentes de ilícitos penales, combatir la piratería, las falsificaciones y el cibercrimen y, sobre todo, para asegurar que llevamos adelante ese expediente al que hemos llamado de protección de los intereses financieros de la Unión como verdadero embrión de una Fiscalía europea que sea capaz de actuar contra la criminalidad europea transfronteriza, asegurando los esfuerzos para combatir el blanqueo de capitales en aras de una transparencia total para identificar las sospechas de blanqueo a través de un registro público de fideicomisos, de trusts, de fundaciones que contenga información sobre las cuentas y sus beneficiarios e intermediarios, mejorando la coordinación en la actividad de las autoridades nacionales para combatir el fenómeno de la corrupción y la delincuencia económica transnacional.
Y, finalmente, la corrupción, el crimen organizado y el blanqueo son una amenaza no solamente para los intereses económicos de la Unión sino para la democracia misma, para los valores civilizatorios de la Unión Europea, para la credibilidad de las instituciones, para la confianza de la gente en la democracia y en que las instituciones efectivamente representan a la gente. De modo que no es solamente una lógica económica sino una lógica estrictamente democrática la que dice que el fraude tiene que ser perseguido y la economía sumergida tiene que aflorar, porque eso genera recursos no solamente para el crecimiento y para el empleo sino para la recuperación de la credibilidad de las instituciones y de la propia democracia en Europa."