En particular sobre la situación de los defensores de los derechos de la mujer y de los nacionales de la Unión con doble nacionalidad encarcelados
Señor presidente, ¿cuál es el sentido de este debate habitual en el Parlamento Europeo, la mañana de los jueves, en el Pleno, acerca de violaciones flagrantes de los derechos fundamentales? Expresar las prioridades y los valores de la ciudadanía a la que representamos y determinar la política exterior de la Comisión y de la Unión Europea en su conjunto, con una Resolución que, en este caso ‑y es raro‑, tiene la unanimidad en la expresión de la condena que merece la violación sistemática y flagrante de los derechos de las mujeres y su discriminación en Irán.
Se han comentado casos pavorosos de manera elocuente: una mujer que se suicida dramáticamente después de haber asistido a un estadio de fútbol disfrazada de hombre, porque sabe que va a ser condenada; mujeres que padecen penas inhumanas y castigos degradantes de manera sistemática. La Unión Europea ha hecho un esfuerzo por mantener el acuerdo nuclear iraní, ha ejercido su diplomacia, haciendo valer sus prioridades. Eso no disminuye, sino al contrario, refuerza la autoridad moral para exigir en la política exterior hacia Irán la cesación de la violación y persecución sistemática de los derechos de las mujeres.