El Gobierno ultraconservador de Víctor Orbán en Hungría, otra vez a debate en el Parlamento Europeo (PE), durante el pleno de julio en Estrasburgo.
El punto en el Orden del Día: perpetrar, con el rodillo de su mayoría absoluta y sus leyes represivas, una doble infamia: Una, pretender que la orientación sexual o la identidad de género son "ideología gay" o "propaganda LGTBIQ+ patrocinada por Bruselas" Otra, argüir que las leyes represivas adoptadas en Hungría aspiran a "proteger a los niños" frente al "mal" de esa "ideología" y "propaganda gay".
La infancia no necesita ser "protegida" de los gays ni de la educación sexual, sino del odio y de la transmisión de ese odio en el sistema educativo. La orientación sexual no es contagiosa, el odio sí lo es.
Las leyes discriminatorias y represivas húngaras de 2018 y de 2021 (completadas con una reforma constitucional que, en 2025, cierra el paso al matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo, con el instinto reaccionario de bloquear su expansión en el Derecho de familia de los EEMM de la UE), deben ser neutralizadas con la implicación enérgica de la Comisión Europea (Comisión VDL II), como guardiana de los Tratados y del acervo de la UE, mediante acciones combinadas, con determinación.
a)-Primera: el desbloqueo en el Consejo de la UE (reunión de los Gobiernos de los EEMM de la UE) de la Directiva de Igualdad de Trato y contra la Discriminación, tal como ha planteado la Presidencia danesa rotatoria del Consejo (segunda mitad de 2025).
b)-Segunda: la legislación húngara choca frontalmente con el art.21 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE/CDFUE (prohibición de toda discriminación por sexo y orientación sexual), y con los valores comunes del art.2 TUE (protección de minorías, promoción del pluralismo y protección de los derechos protegidos por la CDFUE por jueces independientes).
c)-Tercera, que se retome ante el Consejo el procedimiento extraordinario de sanción del art.7 TUE (impulsado por el PE en 2016), por violación grave y sistémica por el Gobierno de Orbán, y que la Comisión VDL II incoe del TJUE la adopción de medidas cautelares, con efecto suspensivo, contra la legislación húngara antiLGTBIQ.
La prohibición del Budapest Pride, desafiantemente decretada por el Gobierno liberal de Orbán, ha impuesto una nueva vuelta de tuerca en su larga y pavorosa deriva antieuropea. Tras amenazar con sanciones económicas prohibitivas (500 €) y reconocimiento facial a quienes se arriesgasen a participar en el desfile del Orgullo que, a finales de junio, recorre con alegría tantas capitales del mundo, Orbán, desde su residencia, ha tenido que asistir a la mayor movilización y participación que se recuerda.
En esta ocasión, ha contado con la presencia de la Comisaria Europea de Igualdad, Hadja Lahbib, junto a una amplia representación del PE y de aquellos Gobiernos de EEMM de la UE que se distinguen por su compromiso contra toda forma de discriminación.
Su mensaje ha resonado en el debate del Pleno con meridiana claridad e inapelable contundencia en las filas de los Grupos europeístas del PE. Basta. Paciencia agotada. Tolerancia cero, con Orbán y su Gobierno Fydesz, erigido en eslabón fallido de todas las decisiones requeridas de unanimidad en el Consejo de la UE (sanciones contra Netanyahu y su genocidio en Gaza...), al punto de retirarse del Estatuto de Roma (1998) y de toda cooperación con el Tribunal Penal Internacional (TPI).
Orbán, demasiado tiempo en abierta rebeldía contra todo lo que la UE significa y proclama ser.
Publicado en Huffington Post