El Hierro, tierra promisoria y mágica y ruta migratoria trágica.

  • Tribuna de Prensa
  • 05 de Junio de 2025
El Hierro, tierra promisoria y mágica y ruta migratoria trágica.

A lo largo de los últimos años, caracterizados por el ascendiente impacto del hecho migratorio en la agenda europea y de sus Estados miembros (EEMM), la Comisión de Libertades, Justicia e Interior (LIBE) del Parlamento Europeo (PE), competente, entre otras materias, sobre la legislación europea en migraciones y asilo, ha organizado misiones a las fronteras exteriores más expuestas a la llegada de personas rescatadas en la mar o traficadas por organizaciones criminales en países de origen y tránsito..

Las Islas griegas del Egeo (Lesbos, Samos, Quíos, Kos...), las Islas Pelagias italianas (Lampedusa) y, cómo no, Ceuta, Melilla, Canarias, han recibido la atención de las delegaciones de la Comisión LIBE, compuestas siempre por una representación plural de los Grupos del PE. La experiencia de contacto con la realidad física de la frontera y con el trabajo de los cuerpos y fuerzas desplegados en la zona, las ONGs y las instituciones y autoridades locales ayuda a mejorar la calidad de la respuesta europea, con recomendaciones y exigencias dirigidas a la Comisión Europea que el PE condensa por escrito en una posterior resolución votada por el Pleno.

Era hora, en cumplimiento de este deber, de que una delegación de la Comisión LIBE se desplazase a El Hierro —destino promisorio de miles de arribadas cada año desde la vecina cornisa noroccidental africana— durante dos intensas jornadas, impregnadas de la preocupación tensa que comunican quienes se dejan la piel por rescatar vidas en el mar y conducir a puerto a personas hacinadas en embarcaciones precarias —cayucos, en su mayoría mauritanos o senegaleses— que han arriesgado la vida en su determinación de escapar de las condiciones infernales de las que proceden, aún sabiendo que muchas otras la pierden en singladuras trágicas.

No hay palabras para describir el estado lamentable en que son desembarcados quienes han sobrevivido a varios días de privaciones y a la dureza extrema de su apiñamiento, indefensos ante las olas del atlántico. El Puerto de La Restinga, en el extremo más occidental de la geografía española— al sur del sur de la UE— cuenta con sillas de ruedas, camillas y dispositivos de evacuación sanitaria de urgencia para salvar a quienes alcanzan El Hierro al límite de su extinción.

Produce una desoladora perplejidad que la ruta migratoria haya primado con tanto dramatismo esta Isla, mágicamente hermosa, la más pequeña, la más joven y la menos poblada del archipiélago canario, que es al mismo tiempo la más alejada del continente africano, precisamente porque esta deriva marítima, terriblemente arriesgada, es la que más opciones tiene de eludir los radares y patrullas de interceptación de las guardias costeras de los países de tránsito.

No es fácil tampoco encontrar la expresión justa para reconocer y agradecer la sumatoria de esfuerzos denodados por rescatar, asistir, ayudar, acoger y acompañar en esa secuencia compleja de personas de buena voluntad, profesionales, voluntarios, miembros de cuerpos de seguridad y responsables institucionales que invierten tantas energías en gestionar este hecho como lo que es, una realidad, sin cesiones a la demagogia del rechazo o de la negación. El comportamiento y respuesta de las autoridades insulares (Cabildo Insular) y municipales (los tres ayuntamientos de El Hierro) ha sido, a todo lo largo del pico migratorio, incluso en los peores momentos, y sigue siendo, a día de hoy, sencillamente ejemplar.

Sin embargo, dicho esto, todo el modelo de negocio de los traficantes está montado sobre la voluntad irreversiblemente resuelta de tentar la suerte —todo o nada— de llegar hasta la UE, porque eso, España, Europa, es cada costa, cada playa y cada puerto canario. Si tantos jóvenes africanos —mayormente subsaharianos, de diverso origen étnico y lingüístico— pagan enormes cantidades (recaudadas a menudo por sus familias o tribus, cuando no contrayendo deudas que acentúan su vulnerabilidad) en las que empeñan la vida, a riesgo cierto de perderla.

Nada exime de su cuota de responsabilidad a todos y cada uno los escalones de representación democrática implicados en la articulación de la respuesta, ni de mejorarla en cuanto quepa en sus respectivos márgenes. Los tres municipios de El Hierro, su Cabildo Insular, el Gobierno regional, el Gobierno de la Nación y desde luego la UE, con todas sus Instituciones, con el PE a su cabeza, están conjuntamente compelidos a cooperar y reforzar la calidad de su esfuerzo por gestionar cada envite conforme a la Ley y al Derecho, tanto el constitucional (asistencia letrada, tiempo máximo de detención para diligencias policiales de averiguación, acceso a la Justicia y tutela judicial efectiva...), como el internacional y humanitario (no devolución de quien solicite protección internacional, y desde luego el europeo (legislación UE de Migraciones).

El PE ha conseguido aprobar (2024) el Pacto UE de Migraciones y Asilo compuesto por ocho Reglamentos (Leyes europeas obligatorias para los 27 EEMM) vinculados entre sí. Los retornos (y su eventual refuerzo) no son parte del Pacto, cuya operatividad deberá estar asegurada en junio de 2026. De hecho, la Comisión Europea que preside Von der Leyen en la actual Legislatura 2024/2029 ha adelantado ya una iniciativa respecto de los retornos, ante la que muchos en el PE nos disponemos a exigir su conformidad con la Carta de Derechos Fundamentales de la UE: retornos dignos, incentivados, acordados con los países de origen y tránsito, y respetuosos de los derechos humanos.

Pero aún queda abordar el reto siempre pendiente de la apertura de vías legales y seguras que disuadan a las personas desesperadas de abandonarse en manos de redes de tráfico y explotación: visados humanitarios, visados expedidos en consulados y embajadas, de la UE y sus EEMM. Y un Marco europeo conjunto de Salvamento y Rescate que prevenga y evite tragedias penosísimas como naufragios evitables, o el espanto de una barca que vuelca arrojando al fondo del mar a seres humanos tan inermes, con miembros entumecidos y tan heridos que, sin poder nadar ni moverse siquiera, mueren en la misma orilla por la que lo arriesgaron todo.

Contamos con Fondos europeos —Fondo de Migraciones y Asilo, Fondo de Solidaridad Interior— y Programas europeos de realojamiento y reparto solidario de las responsabilidades compartidas. Además de reformas legales, protección judicial, persecución penal de los criminalmente responsables. Tantas obligaciones como lecciones desprendidas por la conmoción incesante de las rutas migratorias a la UE, de las que la canaria —El Hierro— emerge, desde hace tres años, como la más acuciante, la más afluente y dolorosamente mortífera.

Publicado en Huffington Post.

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