En plena campaña alemana, derecha y ultraderecha contra Schengen y el asilo.

  • Tribuna de Prensa
  • 07 de Febrero de 2025
En plena campaña alemana, derecha y ultraderecha contra Schengen y el asilo.

En plena campaña electoral, con el rumbo puesto a las elecciones federales de 23 de febrero, el Bundestag alemán aprobó, en su sesión de 30 de enero, suspender Schengen y el Derecho europeo de asilo. Lo hizo con una mayoría en la que se conglomeran la CDU (conservadores de la familia del PP europeo) y su correlato CSU (socialcristianos bávaros) y la ultraderecha neonazi de AfD.

No sólo expresa la voladura de lo que quedaba en pie de ese "cordón sanitario" (Brandmauer, en alemán) acordado entre las fuerzas políticas europeístas para prevenir el acceso de la extrema derecha a mayorías parlamentarias y a posiciones de Gobierno, sino que es, en la práctica, la primera vez desde el fin de la II Guerra Mundial —es decir, desde el hundimiento de la barbarie nazi del III Reich— en que una formación que reivindica su genealogía neofascista se erige en actor decisivo de un retroceso severo del acervo comunitario. 

Un abrupto paso atrás que tiene lugar, además, en un Estado miembro (EM) fundador de la integración europea, que es de hecho su primer peso pesado por su población, PIB e influencia transfronteriza.

Preocupa sobremanera que tal paso pueda encaminarse, en el incierto tiempo venidero, a desarticular Schengen, sinónimo de libre circulación de personas sin fronteras interiores, derecho fundamental (art.45 CDFUE) que es, de lejos, el activo más preciado de la experiencia europea. Baste pensar en el impacto que tal movimiento pueda desencadenar, como reacción en cadena, en otros EEMM tentados de suspender Schengen como respuesta compulsiva a "alarmas migratorias" propaladas en las redes al servicio de una agenda de ultraderecha reaccionaria.

La propuesta de la CDU/CSU, bajo el liderazgo de Friedrich Merz, candidato conservador a Canciller federal en las inminentes elecciones de 23 de febrero, pretendiendo introducir controles fronterizos permanentes y denegar el asilo a los solicitantes en la frontera alemana suscita, esa sí, alerta por su orientación netamente antieuropea. Tanto en sus implicaciones para el principio de libre circulación dentro de la UE como para los derechos humanos (fuente del Derecho europeo, arts.2 y 6 TUE) y del Derecho europeo legislado en migraciones y asilo (el EU Migration&Asylum Pact aprobado en 2023).

Para empezar, el espacio Schengen es sin lugar a dudas uno de los logros más distintivos y apreciados de la UE: fomenta tanto la integración como la confianza mutua y la cooperación y entre los EEMM. Su suspensión unilateral, ajena y contraria al Derecho europeo (que exige su comunicación previa y autorización por la Comisión Europea), socava por su base la experiencia de fronteras abiertas que la ciudadanía europea ha disfrutado durante las últimas décadas.

El Código de fronteras Schengen, legislación europea recientemente revisada en 2024, vinculante para los EEMM (principios de primacía y de eficacia directa del Derecho de la UE) establece la duración máxima de las eventuales decisiones nacionales de restablecimiento de controles en fronteras interiores, que sólo resultan posibles cuando se acredite una "amenaza grave para el orden público o la seguridad interior".

Las normas actualmente vigentes relativas al restablecimiento de controles en las fronteras interiores tienen por objeto expreso garantizar que sea “medida de último recurso.” Razón por la cual los EEMM tendrán que evaluar la necesidad y la proporcionalidad de cada decisión de restablecimiento de controles en fronteras interiores, así como si los objetivos perseguidos no pueden alcanzarse con otros medios alternativos a la suspensión de la libre circulación. 

Ahora, los EEMM de la UE deben aplicar plenamente las normas revisadas sobre Schengen: según la legislación vigente, cualquier reintroducción de controles fronterizos permanentes no solo iría en contra del Derecho de la UE, sino que también socavaría los principios fundamentales de la libre circulación como derecho fundamental de ciudadanía europea protegida por la Carta (art.45 CDFUE).

De modo que la política impulsada por la derecha alemana en comandita con la extrema derecha asienta un precedente sumamente peligroso, además de alentar a otros EEMM a imitarla. Cualquier efecto dominó, en modo que otros países opten cada vez más por medidas unilaterales, conduciría a una erosión irreversible del espacio Schengen. Lo que, en última instancia, perjudicaría la cohesión y la solidaridad europeas. 

Sucede además que, como hemos comprobado una y otra vez en el pasado, las políticas fronterizas restrictivas no son eficaces ni útiles para abordar las causas profundas de la migración. En lugar de "blindar" las fronteras interiores, la UE, debería centrarse en garantizar que nuestros sistemas de asilo sean acordes con el Derecho europeo (Implementation Plan del EU Migration & Asylum Pact) e internacional. Los EEMM de la UE, incluida Alemania, deben tomar las medidas necesarias para aplicar plenamente el Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo antes de 2026, cumpliendo sus obligaciones legales bajo el Derecho europeo.

¿Cómo debería reaccionar la Comisión Europea si Merz hiciera realidad su amenaza? ¿Deberían demandar a Alemania por esto? Si esta política de Merz y la ultraderecha alemana alcanza sus objetivos, la Comisión Europea VDL II 20247029 debería adoptar medidas inmediatas y decisiones necesarias para proteger la integridad del Derecho de la UE y sus principios fundamentales: la reintroducción unilateral de controles fronterizos permanentes y la negativa a permitir la entrada de solicitantes de asilo contravendrían directamente el marco jurídico del espacio Schengen, así como el Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo. 

La Comisión Europea VDL II debería entablar un diálogo con el Gobierno alemán que surja de las elecciones de 23 de febrero. La Comisión Europea tiene la responsabilidad de actuar como guardiana de los Tratados; si Alemania persevera en estas medidas, la Comisión Europea debería utilizar cuantos instrumentos jurídicos a su alcance (procedimientos de infracción, multas, recursos ante el TJUE) permitan asegurar el cumplimiento del Derecho de la UE.

La prioridad de la Comisión Europea VDLII debe ser evitar una política nacional —cualquiera que sea el EM— que amenace la unidad y la estabilidad europeas. Un enfoque proactivo debe garantizar los valores de la UE, evitando al mismo tiempo que se abra paso o se asiente un precedente peligroso que busca debilitar a la UE en su conjunto. que es el horizonte estratégico de esa ultraderecha europea alarmantemente trocada en actor decisivo en una votación contra Schengen y contra el Derecho de asilo del Bundestag alemán.

Publicado en Huffington Post

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