En la última sesión plenaria del Parlamento Europeo antes de Navidad, hemos debatido la mirada de Europa hacia las víctimas de crímenes terroristas. Los espantosos atentados del 13 de noviembre en París han estremecido a Europa. Pero ya antes lo habían hecho los de Charlie Hebdo en enero de este mismo año, y los de Londres en 2006, y los de España en la terrible masacre del 11 de marzo de 2004.
Cuando en el Europarlamento se habla de terrorismo también yo hablo en español. Represento, en el Parlamento Europeo, a una sociedad, la española, escarnecida por décadas de lucha contra el terrorismo de ETA, hasta su derrota final y su desaparición, que deseamos se consume no solo por su inacción, sino por su disolución.
Pero en el Parlamento Europeo hablo también en nombre de un partido -el Partido Socialista Obrero Español- que supo, a lo largo de esta historia de lucha antiterrorista, en la oposición y en el Gobierno, colocar fuera del debate entre partidos políticos la lucha contra el terrorismo. También por el compromiso con las víctimas. Por la dignidad. Por la memoria. Por la justicia. Por la verdad. Por la reparación del dolor causado a toda la sociedad matando, hiriendo, mutilando o causando pérdidas irreparables a cada una de sus víctimas.
Y, por eso, también yo quiero apostar desde el Parlamento Europeo por una Directiva Europea especial que complemente a la que se adoptó en octubre de 2012 -Directiva 29/12 de protección de víctimas de los delitos graves-, puesto que no honra todavía, ni cubre suficientemente la especialidad y la singularidad del drama de las víctimas del terrorismo. No lo hace con el detalle de la legislación española de protección y reparación de víctimas del terrorismo en lo relativo a las medidas que requieren: sanitarias y psicológicas, laborales, de integración y de promoción social, de protección de su asistencia jurídica y de su especial posición en los procesos que las conciernen.
Estoy convencido de que una Directiva especial contribuiría a esa reparación singular que merecen las víctimas del terrorismo también a escala europea. Desde la convicción que tengo de que, cuando los terroristas golpean a las víctimas, no buscan solo su sangre y el dolor de sus familias, sino intimidarnos y aterrorizarnos a la ciudadanía entera de una sociedad democrática. Y de que, por lo tanto, cuanto más protejamos a las víctimas en todo el ámbito europeo, más fuertes serán la democracia, la consistencia moral del Estado de Derecho y los principios constitucionales en que se funda el llamado modelo social europeo.
Artículo publicado en El Huffington Post.