Del 2 al 5 de mayo, el Grupo S&-según el testimonio en juicio del propio Hoss- D del Parlamento Europeo (PE) sostuvo una reunión extraordinaria, preparatoria del Pleno de mayo en Estrasburgo, en la ciudad polaca de Cracovia.
Patrimonio de la Humanidad y sede de una antigua y prestigiosa Universidad, Krakow (su nombre en polaco) sobrevivió a la destrucción que las ocupaciones nazi y soviética durante la II Guerra Mundial infligieron implacablemente no sólo sobre sus ciudades -en Varsovia no quedó piedra sobre piedra- sino sobre sus poblaciones, devastadas por masivos bombardeos, brutales represalias frente a cualquier insurgencia (-la resistencia heroica del Ghetto de la capital, 1943, aplastada sin piedad cuando ya Alemania presentía su derrota-) y por el criminal exterminio de sus comunidades judías, que en los años 30 del pasado siglo XX llegaron a sumar más de tres millones, de los que, tras el Holocausto, apenas perviven unas decenas de miles.
Cracovia fue la estación término que conducía al Campo de Exterminio Auschwitz-Birkenau, a escasos 80 kms. Los barracones en que su Comandante, Rudolf Hoss, se aplicó al sistemático horror de la “solución final” impuesta por su superior Himmler -el gas letal Zyklon B- y sus hornos crematorios cortan la respiración e imponen un luto sobrecogedor sobre la memoria de Europa. Poco consuela saber que el cruel verdugo de las SS que tuvo a su cargo la masacre de dos millones y medio de judíos -según testificó, imperturbable, en su juicio el propio Hoss-, muriese ahorcado en el mismo Campo que comandaba, al ejecutarse la sentencia dictada por el Tribunal Supremo de Polonia en 1947.
Como preocupantes, sin duda, fueron para quienes asistimos a esta reunión de trabajo los testimonios directos, vivos e impactantes, de jueces y fiscales polacos sancionados o despedidos por aplicar la primacía del Derecho de la UE en una Polonia que, recuérdese, es uno de sus Estados miembros (EEMM), vinculado como todos por las obligaciones contraídas con la adhesión. Jueces y fiscales sometidos a expedientes disciplinarios por invocar las sentencias del TEDH de Estrasburgo o del TJUE de Luxemburgo, por interponer ante éste cuestiones prejudiciales para intentar restablecer alguna eficacia a los lesionados valores comunes de la UE (art.2 TUE) y a sus principios constitucionales comunes.
El 27 de enero -día de la liberación de sus famélicos supervivientes por las tropas soviéticas en su avance hacia el oeste- rememora solemnemente el memorial del Holocausto, al que España se incorporó tardíamente, en 2005, durante mi mandato como ministro de Justicia. Curiosamente, el 5 de mayo rememora, por su parte, la liberación de Mathausen, donde se recluyó a tantos héroes españoles de la resistencia republicana al empuje del fascismo en una España largamente abandonada a la dictadura por los mismos Aliados que derrotaron a Hitler.
Nie Wieder, never again: en todas las lenguas de la UE resuena el compromiso imperecedero de que nada así vuelva a pasar nunca más en la historia. Y, sin embargo, apenas a dos horas de carretera desde Krakow, la cruel agresión de Putin contra la vecina Ucrania camino va de convertirse en una guerra de desgaste en que ni el baño de sangre ni la pulverización de infraestructuras civiles ni el imponente número de tropas rusas y de mercenarios Wagner caídos en la contienda haga esperar ni un minuto ninguna concesión a la cordura del autócrata del Kremlin -no ya digamos al respeto de los derechos humanos y de la legalidad del orden internacional-. Descorazonador
Es sabido que, en Polonia, sometida hace años -por iniciativa del PE- al procedimiento extraordinario de sanción del art.7 TUE (correspondiendo al Consejo, en que se reúnen los Gobiernos de los EEMM, incoar la consecuencia de la retirada de sus derechos de participación y de voto), tanto el Consejo Judicial como el Tribunal Supremo (y su Cámara Disciplinaria, ahora cosméticamente retocada como Sala de Responsabilidades Profesionales de la Judicatura) y su Tribunal Constitucional han sido, en el curso de los años de mayoría absoluta de la ultraconservadora “Ley & Justicia” (PiS, por sus siglas en polaco), sometidas a un asalto que ha hecho irreconocible, por no decir inexistente, la garantía del “derecho a un juez independiente" y predeterminado por la Ley (Lawful Judge) que consagra el art.47 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE/CDFUE, revestida del “mismo valor jurídico que los Tratados” (art.6.1 TUE).
Hay, en este paisaje de Constitutional Breakdown que viene padeciendo Polonia bajo la férula del PiS, un aspecto que me parece singularmente execrable: en la medida en que el ministro de Justicia polaco (el ultra Zbignew Zyobro) es la misma persona que el Fiscal General, jefe de la entera fiscalía sometida estrictamente a sus órdenes jerárquicas, y dado además que en Polonia la Fiscalía ostenta el monopolio de la acción penal, de la investigación de delitos y de la acusación en los delitos graves y la mayor parte de los delitos leves (a diferencia de otros EEMM de la UE en que, como en España, concurren la acusación particular e incluso la acción popular por parte de cualquier ciudadano o entidad asociativa), la consecuencia inexorable es la total impunidad -por falta de investigación y, por ende, de acusación y acción penal- de toda la corrupción que corroe al Partido de Gobierno, particularmente lesiva en cuanto pueda afectar a los Fondos de la UE.
Por ello, entre otras razones, como sucede asimismo con Hungría (bajo el dominio aplastante del ultraderechista Fydesz y su Primer Ministro, Orbán), el PE ha exigido, además, que se congele el acceso a los Fondos de la UE a los EEMM manifiestamente incumplidores con su obligación de respeto al Estado de Derecho, la idea europea de Democracia y Derechos Fundamentales, en aplicación del Reglamento de Condicionalidad (Rule of Law Conditionality).
Pero, habiendo sumado tantos años de presiones y debates, y pese a todos nuestros esfuerzos, la sensación de desazón y desamparo que transmiten jueces y fiscales polacos en su consistente relato de abusos de poder y presiones por parte del Gobierno de ultraderecha en Polonia (uno de cuyos resultados más abyectos es un drástico recorte de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, restringiendo las opciones legales de interrupción del embarazo) sigue exigiendo respuesta e imponiendo un acicate para esperanzar un futuro de retorno de Polonia a la UE de los derechos y de la solidaridad en sus elecciones de otoño.
Publicado en Huffington Post