Entrevista publicada en El País el día 17 marzo, por Álvaro Sánchez
Desde el confinamiento en su casa de Tenerife, Juan Fernando López Aguilar vive la crisis con desasosiego. “Estoy 24 horas pensando en qué respuesta se le puede dar a esto”, dice por vía telefónica cuando se le pregunta a qué dedica el tiempo de encierro. Con el escenario distópico de playas vacías en una tierra que vive del turismo a solo unos metros, el eurodiputado socialista y presidente de la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo observa con preocupación la descoordinación en la reacción europea a la pandemia, y se muestra crítico con el levantamiento de fronteras internas de forma unilateral y discriminatoria para los europeos de ciertos países.
Pregunta. ¿Le inquieta el cierre de fronteras dentro de la UE por el virus?
Respuesta. Me preocupa que no se haga conforme al Derecho europeo, y es lo que la Comisión Europea debe exigir a los Estados miembros. También que respeten los límites temporales y en ningún caso sean discriminatorios con otros europeos. España no ha hecho distinciones en función del país de procedencia. No ha dicho “pueden pasar los que lleven pasaporte alemán pero no los que lleven italiano”. Hemos tenido noticia de cierres unilaterales de fronteras y estamos verificando cuántos han notificado los fundamentos.
P. ¿Teme que el cerrojazo se prolongue demasiado tiempo?
R. No sería la primera vez que sucede. Francia lo hizo tras los atentados de Bataclán, pero siguiendo el procedimiento. Lo comunicaba, y era autorizada. Hay países cuya notificación ahora no me consta, como Eslovaquia y República Checa.
P. La UE está lejos de hablar con una sola voz en esta crisis.
R. Muchos europeos observan con preocupación la descoordinación. Las capitales han ido actuando conforme les iba llegando el agua al cuello. Había países que mantenían la libre circulación mientras otros ponían restricciones. Algunos donde la normalidad comercial se ha prolongado más. Si la libre circulación debe sufrir alteraciones, debe hacerse de manera coordinada. Produce desconcierto que la respuesta haya sido fragmentaria.
P. Alemania y Francia llegaron a prohibir las exportaciones de material médico a otros socios europeos antes de rectificar. ¿Diría que ha habido países insolidarios?
R. La insolidaridad es el virus que más daño está haciendo a la credibilidad de la UE desde hace demasiado tiempo. En la Gran Recesión la hubo. Y sin duda en la mal llamada crisis de refugiados, El lunes, una niña de seis años murió en un incendio en un campo de refugiados de Moria donde se hacinan 30.000 personas.
P. Mientras tanto, llegan donaciones chinas de mascarillas. ¿Puede salir tocada de esta crisis la confianza mutua entre socios y ser aprovechado por fuerzas euroescépticas?
R. Tenemos que estar muy alerta en una situación critica para que no vuelvan a pescar en río revuelto los que se benefician del miedo y la angustia. La UE debe proveer esperanza y movilizar fondos extraordinarios. Me uno a los que expresan su decepción ante el Eurogrupo que no movilizó recursos. Debemos vigilar que la credibilidad de la UE no salga dañada, y mucha gente se pregunta dónde está Europa en esta crisis.
P. ¿Podemos sentirnos seguros con las fronteras cerradas?
R. En medio de una globalización inexorable, el recurso retórico de que podemos protegernos así de amenazas del exterior es equivocado. El mejor ejemplo es que el virus viajó de Wuhan a La Gomera en solo dos semanas.
Publicado en El País