La UE ha sufrido en diez años desde la Gran Recesión sucesos que no habíamos visto nunca.
Nunca antes habíamos visto que se impusieran a un país sanciones y castigos por no poder asumir la disciplina presupuestaria impuesta de la otra autoridad. Todos los europeístas sufrimos con los sufrimientos de Grecia, con la austeridad recesiva que tanto daño hizo a los griegos que hoy se sienten perdedores en la desigualdad.
Nunca antes habíamos visto que un Estado miembro veterano -¡Reino Unido! ¡45 años siendo parte de la construcción europea (desde 1973)!- se retirase de la Unión, divorciándose del resto. En negociación tortuosa, todavía no concluida, está a punto de ocurrir: el deadline, 29 de marzo de 2019.
Nunca antes habíamos visto que se activase el articulo 7 TUE contra un Estado miembro groseramente incumplidor de sus obligaciones y del Derecho europeo. Es el caso de los gobiernos de la Hungría de Orbán y de la Polonia de Kaczyński.
Nunca antes habíamos visto que la Comisión devolviese los Presupuestos a un Estado miembro, como ha sido el caso de Italia ¡Italia!, un país fundador, en cuya capital, Roma, se firmaron los Tratados de la CEE en 1957, bajo el populista y eurófobo Gobierno controlado por Salvini.
¡Y muchos analistas apuntan que las inminentes elecciones europeas de 2019 pueden ser también las de la primera vez en que los escaños antieuropeos puedan ser más numerosos que los europeístas!
Esta iba a ser la “Comisión de la última oportunidad” (Juncker dixit): ¡Y lo malo de ese privilegio es que ya no habrá una segunda oportunidad “de acometer los retos de la última oportunidad”!
Está en marcha una coalición antieuropea de quienes se erigen en víctimas de la insolidaridad europea (Salvini en Italia) y los campeones de esa insolidaridad (Orban en Hungría).
El próximo 26 de mayo de 2019 los españoles acudimos a las urnas: y van a ser varias a la vez. También por primera vez, elecciones locales, autonómicas y europeas. Coinciden por primera vez tres urnas tan determinantes como interconectadas. La coincidencia de fechas puede ayudar a estimular la participación, lo que es positivo sin duda. Pero también podría añadir todavía una dificultad más para individualizar la relevancia de Europa en el fuego cruzado de las longitudes de onda de varias disputas electorales simultaneas.
Que no haya cacofonía: Porque la UE, Europa es alfa y omega de lo que nos ha pasado y nos importa Me remito aquí a un apunte que lo ilustra con un episodio, carente también de precedentes, del Parlamento Europeo, último Pleno de Estrasburgo, primera semana de noviembre.
Ese último Pleno de Estrasburgo estuvo cargado de singular intensidad en el siempre frenético orden del día y votaciones plenarias. Votamos el Marco Financiero Plurianual (MFF) durante mas de una hora, y otra docena de asuntos. Tras casi dos horas, el Pleno inició la votación de mi Iniciativa Legislativa de Visas Humanitarias para demandantes de asilo y migrantes vulnerables: al menos una vía legal de acceso a la UE para quienes de otro modo lo harán irregularmente (más del 90% de los demandantes de asilo), arriesgando o perdiendo la vida en el intento, arrojándose en manos de los tráficos ilícitos y la explotación de personas.
La iniciativa que promuevo obtuvo la mayoría absoluta del total de miembros del PE en cada votación de enmiendas. En el penúltimo voto se computaron 655 miembros del PE presentes, votando a favor 601. Al llegar al voto final, último voto de una larga jornada, el resultado fue 349 a favor, 199 en contra, 47 abstenciones: faltaron 26 votos para la mayoría cualificada requerida para ser vinculante para la Comisión (375): muchos/as eurodiputados/as presentes en la Sala protestaron airadamente -también lo hice yo- ante la evidencia de que habían retirado la tarjeta electrónica de voto antes de que el escrutinio final apareciese en pantalla, a causa de que entre el anuncio del voto y su recuento electrónico transcurrieron casi dos minutos, con lo que su voto a favor no pudo ser computado.
Pero la batalla continúa: ¡porque no vamos a parar hasta volver a votar la iniciativa de Visas Humanitarias antes del final del mandato en 2019! ¡Y porque la lucha contra las mafias que explotan a los desesperados y contra la mortandad en el Mediterráneo exige que el Derecho Europeo abra una posibilidad de acceso regular a la UE a quienes huyen del infierno sin perder la vida en el empeño! Vamos a votar de nuevo la iniciativa de Visas Humanitarias: Pleno de Estrasburgo en diciembre.
Hablemos, pues, de esta Europa. Y de la que votemos en 2019. Que no pase inadvertido el debate que requiere en medio del fragor de las urnas municipales y autonómicas.
Publicado en Huffington Post